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Adiós Leche, ¡ha sido un gusto conocernos!

Una cosa muy importante que debemos recordar: los lácteos y la lactosa no son lo mismo. Pero ninguna es buena para nuestra salud. ¿Podemos eliminar los lácteos totalmente? ¡Sí! Yo lo he hecho.

A pesar de que los lácteos aportan vitaminas importantes como la proteína para desarrollar músculo y promover un peso corporal saludable, calcio y fósforo y Vitamina D para fortalecer huesos y dientes, que además pueden beneficiar el estado de ánimo y fortalecer el sistema inmune, todos estos beneficios los podemos encontrar en otros alimentos evitando los daños de la leche.



Actualmente, muchas personas poseen una comprensión errónea de cómo nuestro cuerpo adquiere las vitaminas de la naturaleza. Cuando nos comemos a la vaca o sus derivados, en realidad nos estamos comiendo los nutrientes que la vaca sacó del suelo y adquirió para ella misma. Además, al consumir productos animales, estamos afectando al planeta por el efecto invernadero y la contaminación que provoca su crianza industrial y los desperdicios que se generan. Por otro lado, estamos promoviendo el trato antiética de animales. También estamos afectando nuestros suelos sin plantearnos el tema más importante de todos: ¿de dónde adquiere la vaca todos los nutrientes necesarios que nosotros adquirimos al comer sus productos?


La lactosa que encuentras en todos sus productos está relacionada con el cáncer de próstata, enfermedades del corazón y está lleno de grasas saturadas. Los productos lácteos causan problemas digestivos para el 75% de las personas y la intolerancia a la lactosa es cada vez más común.

Nuestro amor por la leche ha sido inculcado por la industria ganadera de Los Estados Unidos, que a través de la venta de sus productos se han vuelto multimillonarios, obviando el hecho de que al ingerir todos los productos provenientes de la vaca (mantequilla, leche y demás derivados) estamos adquiriendo junto a ellos proteínas insolubles para nuestro cuerpo.

El mito de que el humano es omnívoro no es tan cierto como podemos pensar. Estudios recientes nos confirman que no solo porque nuestro cuerpo pueda procesarlo significa que sea bueno para nuestra salud.

He encontrado excelentes alternativas para eliminar al 100% los lácteos de nuestra dieta. Estos son:


Productos hechos de Soya

Es la bebida vegetal más extendida y con motivo: lleva más de cuatro décadas sirviendo de sustituto para los lácteos como recomendación para individuos que por cualquier motivo no los toleran. Es rica en isoflavonoides, un nutriente que ha demostrado tener propiedades protectoras para el corazón. Tiene un sabor que denota su origen vegetal y al que hay que acostumbrarse.


Productos hechos de Arroz

Este preparado está libre de lactosa por lo que puede convertirse en la solución para las personas con intolerancia que además sufren alergia a las judías de soja o a los frutos secos. El sabor, además, es agradable, por lo que se puede convertir en un hábito incluso desde la infancia. Es rica en carbohidratos, por lo que debe ser administrada con precaución para formar parte de una dieta saludable.


Productos hechos de Leche de Coco

Este producto lleva generaciones formando parte de la base de la alimentación de millones de personas en todo el mundo, especialmente en Asia y Latinoamérica. Las escasas calorías que aporta son de carácter oleico (el famoso aceite de coco) y tiene efectos protectores para el corazón, ya que ayuda a reducir el colesterol y las lipoproteínas dañinas de baja densidad. Es preferible consumirla fresca: al contrario que con la leche pasteurizada o el resto de los preparados, sus valores nutricionales decaen con el envasado y el almacenamiento.


Productos hechos de Leche de Almendra

Es un producto agradable al paladar que forma parte del recetario tanto clásico como contemporáneo. Tienen un alto contenido en ácidos grasos monoinsaturados que contribuyen a la pérdida y el control del peso y permiten reducir el colesterol de forma similar a la de la bebida de coco. Debemos tener cuidado, ya que muchas de las marcas que lo comercializan le agregan grandes cantidades de azúcar, lo cual no es recomendable para la salud. Es un producto fácil de preparar en casa si así lo prefieres.


Productos hechos de Avena

La leche de avena no necesita de aditivos ni modificaciones para ser fibrosa y saludable. Además, la avena es naturalmente un poco dulce y su sabor agrada a muchas personas. Es 100% libre de lactosa, por lo que es seguro para personas intolerantes.


Leche de Arveja

Esta es quizás la mejor alternativa a la leche de vaca ya que tiene ocho veces la cantidad de proteína que tiene la leche de almendra y la mitad de azúcar que tiene la leche de vaca. Su contenido en calcio es un 50% superior que el de la leche de vaca, es fuente de ácidos grasos omega 3, vitamina D, hierro y potasio. Tiene un contenido calórico mucho más bajo que la leche de vaca. Es cremosa y deliciosa.


La “leche” de guisantes o arvejas es ideal para quienes son intolerantes a la lactosa y alérgicos a los productos lácteos, no contiene gluten por lo que la pueden tomar quienes sufren celiaquía, también es apta para quienes sufren alergia a los frutos secos.




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